viernes, 5 de enero de 2007

3,2,1,...

Libras de más, brindis por motivos que no recuerdo, el antojo saturado hasta la barbarie con la pierna de cerdo, fiestas en que si se hubiesen dado en otro momento del año carecerían de tanto sentimiento anónimo, abrazos conocidos a desconocidos con un árbol artificial de fondo, televisión de fin de año donde parece que lo único que entretiene a los ticos es: o una silicona moviéndose junto a un cuerpo de mujer o un humor de silicona burlándose de un cuerpo, la voz en Radio Reloj dando el último conteo. En fin, el 2006 acabó al igual que “las vacaciones”. Viene el 2007 tomado por los cuernos. No hay metas aún porque sigo los movimientos de una mujer, y son sus pasos, no los míos, los que me sostienen en este año impar. Hoy, por ejemplo, no existió en la mañana la hora pico y una docena de su nombre preguntaba por el mío.

4 comentarios:

Julia Ardón dijo...

Un hallazgo leerte.
Qué bonito.
Pasaré por aquí de seguido.

Paola Valverde Alier dijo...

La navidad siempre fue una época nostálgica. Dos años seguidos lloré. Otra me invadió la calma. Y no había un "plan", pero hacía el intento.

Esta ocasión fue distinto, aprendí de los gestos amables de aquellos que me invitaron a compartir; cada abrazo, la pasión de un diciembre de hadas. Mi 2007 viene con muchísima poesía.

¡Qué loco que sos!

Te adoro, P.

Unknown dijo...

Cuando las docenas preguntan, las respuestas salen finitas y hojaldradas.

Malasombra dijo...

Bueno, es curioso, mirar varios rostros y recoradr solo un nombre...