jueves, 5 de junio de 2008

Comprando ½ 34

“ Y si vas a la calle para borrar tu angustia

otros lloran también”


Polito Ibáñez


Como si llevara una película de Rocky Balboa en los bolsillos, el fin de mes es un gancho fulminante. Es de noche y el inicio del invierno me frena un poco para ir a comprar ese ½ 34 (no sé como escribirlo en chino). Los vecinos de al lado tienen una fiesta a la que, por el virus de la insociabilidad, no me han invitado, ¡ando sin suerte!. Sin paraguas, con rojo y medio en la mano, salgo a la calle desolada del barrio, la lluvia es una tristeza enmohecida que disloca cualquier encuentro con algún desconocido, uno quisiera encontrarse, tal vez, con el médico o al que le debe dinero, con un ángel de la guarda o con el amor de la infancia y comentarle- ¡ qué baldazo! Verdad?. Pero nada; los cables eléctricos escurren lágrimas desde lo alto, los buses pasan con los vidrios empañados y no hay certeza de que vayan pasajeros dentro, las escobillas de los carros van de un lugar a otro del parabrisas queriendo hipnotizar o volver chiflados a los copilotos, los caños están rebalsados y las bolsas plásticas son barquitos compitiendo hacia la nada dentro de su propio cataclismo, el sonido del agua cayendo sobre los techos de zinc tampoco tranquiliza.


Ya en el restaurante chino, en las mesas de afuera, una pareja discute si enviar a su retoño a un colegio de monjas o a uno científico.

-Da igual, total va a ser futbolista franciscano

dice el padre

-o astronauta ateo

Dice la madre

Y sonríe con tristeza emigrante el guarda del local.


El ambiente dentro del restaurante parece una desolada cantina de vaqueros con Juan Gabriel como música de fondo y un borracho en la esquina tararea Querida. En la tele proyectan el abdomen abultado de Brtiney Spears en Guanacaste y los presentadores del noticiario discuten sobre la marca de su bronceador y, en un pequeño recuadro, justamente en las piernas de la estrella del pop, pasan imágenes del último terremoto de la república popular de China, la noticia que continúa es sobre la crisis alimentaria del planeta, luego los sucesos del país, luego los deportes y el amargadísimo historial del Club Sport Herediano en esta campaña; todo un rompecabezas de muy pero muy malas nuevas.

Tomo el menú, finjo que lo inspecciono como si fuera un catador cinta negra de la comida china para llevar, y al final, como hacemos la mayoría, pido medio cantonés ( ½ 34), la esbelta china que me atiende escribe, o casi que dibuja en una servilleta un jeroglífico intendible para mi hambre. Las alas de pollo fritas están de oferta, se venden chuchecas vivas, pescado entero precio según el tamaño, las Toñas frías a 8 tejas y media, certamen de karaoke 5 mil la inscripción, y yo con solo rojo y medio en la mano. Mi ½ 34 está listo, entrego el rojo y medio que viene tibio y voy de vuelta a la casa, a mojarme la otra mitad de mi tristeza. Camino decidido, con la maldad de enseñarle a mis vecinos de la fiesta mi bandejita caliente y los dos confites envueltos en papel de arroz regalo que no esperaba.